El Brandy Peinado se envejece por el sistema de criaderas y soleras, utilizado desde tiempo inmemorial. La adaptación de este sistema es otro de los factores que imprime una personalidad singular a nuestro Brandy.
Frente a el de añadas o estático, el sistema de criaderas y solera es un procedimiento dinámico. Consiste esencialmente en almacenar vasijas divididas en grupos llamados escalas. La clasificación de las vasijas se realiza en función del brandy que contienen. La escala que encierra dentro de si el brandy mas añejo, se denomina solera; siguiendo el orden de antigüedad, se encuentra la primera criadera, la segunda criadera, la tercera criadera y así sucesivamente. De la solera se extrae una pequeña cantidad para ser embotellada y distribuida. La cantidad extraída se repone o rocía con otra equivalente que procede de la primera criadera; esta a su vez es rociada con una porción idéntica de la segunda criadera el proceso sigue hasta llegar a la última criadera, que se rellena con los brandies más jóvenes. Esta técnica consigue un brandy uniforme en sabor, color y aroma. Además, los continuos trasiegos favorecen una oxidación mayor y de forma más rápida.
Durante el envejecimiento por el sistema de criaderas y solera se produce una serie de reacciones que modifican la composición inicial del brandy. Las reacciones debidas a la acción de la madera del roble de las botas se producen dos fases. En la primera, ocurre la extracción de los fenoles y de la lignina, y en la segunda la lignina se degrada y da origen a una serie de compuestos de la familia de la vainilla, de propiedades aromáticas acusadas, que contribuyen a eliminar la sensación de dureza de los brandies nuevos.